Richard Roberts (Derby, Reino Unido, 1943) defiende con énfasis la libertad de acceso a las publicaciones científicas, porque, dice, la investigación se hace “para que el público la conozca”. Con la misma rotundidad critica la falta de ética en las grandes compañías farmacéuticas por no tratar de curar enfermedades, sino de lucrarse con los medicamentos para patologías crónicas. Roberts estuvo esta semana en el Campus de Excelencia, que se celebró en Gran Canaria, para mostrar que sí hay fondos para investigar en enfermedades de los países pobres y reclamar que las empresas tengan un departamento de investigación al margen de la obtención de beneficios. Premio Nobel de Medicina en el año 1993 por sus investigaciones sobre el ADN, Roberts trabaja desde los años 70 en BioLabs, que creció con la venta de enzimas de restricción (las que son capaces de cortar el ADN en un punto concreto) y que hoy se dirige a la búsqueda de fármacos para enfermedades de países en desarrollo y a bioenergía.