Aproximadamente sólo la mitad del agua que utilizamos en el hogar es necesario que resulte potable. El resto, es decir, la que usamos en la lavadora, la cisterna del inodoro o el riego, puede provenir del agua de lluvia si se instala el sistema adecuado para su aprovechamiento, una forma eficaz para ahorrar y combatir la sequía.
Tradicionalmente el agua que empleamos en nuestros hogares ha provenido de la red de suministro. Un suministro que tal como nos recuerdan periódicamente las facturas no resulta gratuito y que, en el caso de muchas partes de España ( especialmente en su vertiente mediterránea) exige unos recursos hídricos cada vez más dificiles de obtener. Con un consumo medio de unos 150 litros diarios por habitante resulta imprescindible que tomemos medidas.
Tradicionalmente el agua que empleamos en nuestros hogares ha provenido de la red de suministro. Un suministro que tal como nos recuerdan periódicamente las facturas no resulta gratuito y que, en el caso de muchas partes de España ( especialmente en su vertiente mediterránea) exige unos recursos hídricos cada vez más dificiles de obtener. Con un consumo medio de unos 150 litros diarios por habitante resulta imprescindible que tomemos medidas.
Una medida muy eficaz está en el aprovechamiento del agua de lluvia. Recoger el agua de los tejados - relativamente limpia en comparación con otras fuentes- permite servirse de un recurso que habitualmente es desaprovechado. En países del Norte de Europa como Alemania se trata de una solución cada vez más extendida. En España diversos ayuntamientos subvencionan o exigen en sus ordenanzas que las viviendas dispongan de esos sistemas de aprovechamiento.
El coste del equipamiento requerido está en torno a los 2.000 euros por vivienda y puede ir unido a un sistema de reutilización de las agua grises, que limpia el agua ya usada en la casa para volver a emplearla en los usos que no requieran agua potable.
Este sistema consiste en conectar los canalones del tejado a un depósito, a través de un sistema de filtrado para eliminar impurezas. El depósito debe contar un sistema de gestión del agua conectado también a la red general de suministro que permita reutilizar ese agua en la vivienda sin peligro de que nunca llegue a interrumpirse el flujo en caso de que paso mucho tiempo sin llover, así como verter el agua sobrante cuando el depósito esté lleno. Por último una bomba permitirá utilizar ese agua en la cisterna del baño, las bocas de riego del jardín, la toma de agua de la lavadora o para lavar el coche.
Este sistema consiste en conectar los canalones del tejado a un depósito, a través de un sistema de filtrado para eliminar impurezas. El depósito debe contar un sistema de gestión del agua conectado también a la red general de suministro que permita reutilizar ese agua en la vivienda sin peligro de que nunca llegue a interrumpirse el flujo en caso de que paso mucho tiempo sin llover, así como verter el agua sobrante cuando el depósito esté lleno. Por último una bomba permitirá utilizar ese agua en la cisterna del baño, las bocas de riego del jardín, la toma de agua de la lavadora o para lavar el coche.
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