El ser humano busca de un modo innato la felicidad. Mentalmente asociamos la idea de felicidad con el placer. Pero la felicidad no es placer, es integridad. Para vivir hay que aceptar la vida, acceder al altar interior. Cuando buscamos la felicidad fuera de nosotros mismos, nos genera una sensación de vacio que tendemos a llenar con cosas externas, y paradójicamente cuanto mas nos llenamos mas vacios estamos, entrando así en estados de ansiedad y angustia. Esta sensación solo se puede diluir si nos aceptamos y al hacerlo conseguimos autentico placer.
El placer se puede clasificar en tres variantes: la respuesta de relajación, la respuesta de excitación y la fantasía.
- La respuesta de relajación nos da paz, nos reconcilia con el pasado.
- La respuesta de excitación nos produce amor, nos pone en presente, relaciones profundas y comprometidas.
- La respuesta de fantasía nos produce levedad, nos produce un sentimiento de gracia, de ascenso, de futuro.
La paz
El estado de paz depende básicamente del cerebro reptil, donde tenemos los circuitos de recompensa/ castigo y de las reacciones de ataque- fuga. Cuando somos reprimidos, o nos sentimos mal en una situación, hasta cierto punto incontrolable, producimos y liberamos al torrente sanguíneo acetil-colina, el neurotransmisor que, procesa la reacción de castigo y no podemos entrar en ese estado de paz. Hay que tener en cuenta aquí el sentimiento de culpabilidad que conlleva la idea de castigo.
La primera clave para alcanzar la paz, es la aceptación. Aceptar el pasado, perdonándonos y aceptándonos es la única forma efectiva de alcanzar la paz. Si somos incapaces de ello, podemos recurrir a diferentes muletas de falsa paz, la comida, el alcohol, etc.
El amor. La excitación
Cuando aceptamos el pasado podemos vivir el ahora, el presente. Apasionarnos con un ideal, sentir la excitación de un estres positivo que nos llevará a una acción de compromiso, de base amor, entendiendo este como la emoción más pura. Donde no hay amor, solo puede existir el miedo.
La sustancia clave en este proceso es la dopamina, que excita a su vez el sistema limbico,la hipófisis, el hipotálamo, es decir nuestro cerebro mamífero o emocional, y que es responsible de nuestro equilibrio endocrino. Cuando no sabemos estar en presente buscamos esa dopamina de un modo artificial con adicciones tipo velocidad, juego, deportes de riesgo, anfetaminas, coca...
La Fantasia. La Libertad
La alegria de vivir, la gracia de sentirse uno con la totalidad, la capacidad de imaginar y asumir el futuro, conlleva la producción de serotonina. Todo esto está asociado a nuestro cerebro más humano, al cortex cerebral.
Cuando no podemos darle un sentido a nuestra vida, cuando perdemos el significado la perspectiva de la totalidad, del futuro, perdemos la propia identidad. Cuando perdemos la capacidad de imaginar, buscamos adicciones que nos la aporten de modo irreal como la marihuana o el LSD...
Como funcionan las adicciones
Tenemos que partir de la idea de placer como estrategia de supervivencia, como parte activa de los circuitos de recompensa y por lo tanto de aprendizaje. El placer puede ser meramente físico, o emocional o mental o una conjugación de proporciones de todos ellos. Y como estrategia adaptativa tiene un componente de libertad, de opción.
Quimicamente hablando, tenemos un neurotrasmisor que interviene en todos los circuitos a nivel del sistema nervioso central donde actuan las diferentes drogas, la dopamina, ya sea directamente, o a través de la activación de sus precursores -como en el caso de la nicotina, que activa la acetilcolina, que a su vez activa la dopamina- o incluso frenando la producción de las sustancias que la controlan – como la heroina que desactiva el GABA, que frena la producción de dopamina, por lo que produce una sensación cercana a un prolongado orgasmo-. Resumiendo, las adicciones, aumentan la cantidad de dopamina en el teleencéfalo, o circuito del placer. El problema añadido es que estos circuitos estan intimamente unidos a los controladores del dolor - miedo, y así resulta que se pierde la diferencia entre placer y dolor, amor y miedo. Con esa frontera desdibujada nos perdemos en un territorio de nadie.
Como salir de una dependencia
La clave es recuperar la identidad, aceptar el pasado, vivir el presente y volver a apasionarse por la vida. Necesitamos saber que significado tiene nuestra adicción, porqué somos dependientes de una sustancia, o de una persona o de un juego... ¿qué nos impide desarrollar nuesttro presente, este momento mágico que mañana será diferente y no volverá a existir como tal. No podemos quitar una adicción si seguimos teniendo un vacio. La llenaremos con una adicción diferente, incluso una adicción a nuestro terapeuta. El vacío puede generar autenticas crisis de pánico. Es un ejercicio de voluntad, pero tiene que llevar asociado un cambio , tienes que sanar tu vida.
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