El jengibre proviene del sureste
asiático. Ya conocemos su forma parecida a una mano y su sabor picante con cierto regusto a madera, un poquito amargo y toques dulces.
Muy utilizado por sus cualidades en la cocina asiática y también en las medicinas tradicionales de la zona por su valor terapéutico. Según la MTC, tiene naturaleza yang, aporta energía y calor.
Ha sido utilizada como cardiotónica, digestiva, en procesos musculares y reumáticos...
Químicamente, podemos señalar que contiene un 2% de una enzima llamada cingibaína que cataliza las proteínas con gran rapidez, esto hace que mejore la digestión y evite las nauseas. Es muy empleada para la dispepsia, es decir para evitar náuseas y vómitos.
Suelo aconsejar su uso en enfermedades autoinmunes, por su gran capacidad antioxidante y antinflamatoria.
La receta es bien simple.
- Hervir tres cucharadas de jengibre rallado en 1 litro de agua durante unos 5 minutos, dejar reposar 10 más y colar.
- Añadirle el zumo de un limón y si se quiere miel. Agitar.
- Tomar durante el día en tres o cuatro tomas.
Muy utilizado por sus cualidades en la cocina asiática y también en las medicinas tradicionales de la zona por su valor terapéutico. Según la MTC, tiene naturaleza yang, aporta energía y calor.
Ha sido utilizada como cardiotónica, digestiva, en procesos musculares y reumáticos...
Químicamente, podemos señalar que contiene un 2% de una enzima llamada cingibaína que cataliza las proteínas con gran rapidez, esto hace que mejore la digestión y evite las nauseas. Es muy empleada para la dispepsia, es decir para evitar náuseas y vómitos.
Suelo aconsejar su uso en enfermedades autoinmunes, por su gran capacidad antioxidante y antinflamatoria.
La receta es bien simple.
- Hervir tres cucharadas de jengibre rallado en 1 litro de agua durante unos 5 minutos, dejar reposar 10 más y colar.
- Añadirle el zumo de un limón y si se quiere miel. Agitar.
- Tomar durante el día en tres o cuatro tomas.
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